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Benidorm y la almadraba
Il·lustració de l'estructura d'una almadrava.

La Almadraba es una técnica de pesca artesanal que destaca por su autenticidad, y sobre
todo, por su antigüedad, ya que se lleva realizando desde hace 3.000 años.

Los griegos y otros pueblos asentados en el Mediterráneo occidental como los celtas y los íberos ya pescaban algunas especies migratorias como atunes, caballas, bonitos, melvas y preparaban conservas de pescado en factorías en las que se elaboraban salazones y salsas.

Aunque fueron los fenicios los que introdujeron esta pesquería en el litoral ibérico, los romanos engrandecieron esta pesca e hicieron de ella una importante industria como así atestiguan los restos arqueológicos encontrados por todo el litoral levantino.

Posteriormente los árabes fueron grandes impulsores del arte de la almadraba, mejorando su técnica en ambas orillas del Mediterráneo.

Históricamente la provincia de Alicante tenía mucho peso en esta industria pesquera. A lo largo de toda su costa se calaban numerosas almadrabas y almadrabillas: Benidorm, Dénia, Calpe, Moraira, Xàbia, La Vila Joiosa, Alicante y Tabarca. Actualmente todas estas almadrabas ya no existen y pertenecen al pasado.

 

Almadrava de Benidorm el 1945.
Almadrava de Benidorm el 1945.

La almadraba de Benidorm cierra su actividad en 1955, la disminución de las capturas, el aumento del coste de la mano de obra y de los materiales necesarios hicieron agonizar esta industria hasta su desaparición.

No fue este el caso de los capitanes de almadraba salidos de Benidorm y sus marineros, que gozaban de gran fama como profesionales en este arte pesquero. Fueron contratados para dirigir los calados más importantes de las costas españolas y del norte de África.

Este método de pesca consiste en colocar una estructura dibujada por barcos, boyas, redes y anclas, y cientos de metros de cableado, dispuestos estratégicamente en el mar, para capturar el atún rojo durante su migración hacia el Mar Mediterráneo. Una vez que los expertos seleccionan los atunes adultos que han caído en las redes y liberan al mar el resto de peces vivos y los atunes que no superan el peso exigido, se produce la “levantá”, que consiste en subir las redes con los atunes a la superficie. Posteriormente, se realiza la técnica del “ronqueo”; despiece del atún a cuchillo de manera manual y artesana.

A pesar de que esta técnica puede parecer violenta, lo cierto es que ha sido elogiada como una de las formas más sostenibles de pesca. De hecho, según un estudio publicado en el año 2015 por la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo “ningún arte de pesca en la historia de la humanidad ha demostrado ser tan sólido, eficiente, selectivo y aún así, tan sostenible y respetuoso con el Medio Ambiente” como la almadraba.

La temporada comienza en el mes de mayo y finaliza en el mes de julio. Esta es la época en la que el atún rojo baja para desovar desde las aguas más frías del Atlántico hasta las aguas más cálidas del Mediterráneo pasando por el Estrecho de Gibraltar. Aunque la temporada empieza en mayo, ya en febrero los almadraberos preparan el montaje de la estructura de redes y anclas de forma artesanal.

Hissat de tonyina amb el croc.
Hissat de tonyina amb el croc.

La figura más representativa en la almadraba y de mayor rango es el Capitán o arráez, le siguen al mando el sotarráez y el tercero. A continuación estaba el varilla, con función era similar a la de un encargado y con  a responsabilidad de contabilizar las capturas, algo que antiguamente hacía poniendo un nudo por cada diez piezas de atún que subía a la barca.

Las tareas estaban perfectamente definidas y asignadas: el torrero era el centinela que avistaba los bancos de atunes y daba el aviso; los caloneros se situaban en la cabestrada de la red, resguardando los boquetes para que no se escapara la pesca; los remeros y armadores menores eran los encargados de que la gente tirara por igual de los cabos y de componer y remendar las redes. Estaban los carreteros, que gobernaban los carros de bueyes situados en la playa; los cargadores arrastraban los atunes desde la orilla a los carros; los aventureros se encargaban de tirar de los cabos de las redes para sacar la pesca a tierra; los cuchillas  espiezaban los atunes y los depositaban en la chanca para su salado y por último los mozos de pila que  impiaban las pilas donde se salaba el atún.
 

Embarcació d'almadrava a Benidorm.
Embarcació d'almadrava a Benidorm.

Tipología de almabrabas:
ALMADRABA DE VISTA O TIRO.- Esta fue la primitiva, se calaba en un sitio determinado,
ensenada y saliente. En lo más alto de la costa estaba situado un hombre, que era el vigía y que observaba constantemente el paso de los atunes y cuando veía acercarse un golpe o banco de atunes muy cerca de la costa, daba la alarma, empleando una bocina o caracola, para que se pusieran en movimiento las tres o cuatro embarcaciones a remo.
Éstas, dotadas con su personal y al mando del arráez, alargaban unas redes desde la costa hasta dar con los atunes; una operación inteligente y valiente. Una vez encerrados los atunes en dichas redes, se tiraba desde tierra, hasta hacerlos llegar hasta la misma orilla. Una vez allí, con unos ganchos bicheros y otros elementos, acababan con ellos. El trabajo era muy rudimentario y peligroso, porque había que hacer frente al mal tiempo y al oleaje de la costa.

ALMADRABA DE MONTE Y LEVA.- Estas almadrabas se calaron después, con un sistema de calamento diferente. Hacían un cuadro y un brazo llamado Rabera de tierra, que afirmaban con varias anclas pequeñas y rezones y alguna que otra piedra de envergadura. Las redes que calaban se quedaban fijas en el mar, menos el copo, que todos los días lo llevaban para tierra. En el cuadro tenían una embarcación con un hombre vigilando, y cuando veía entrar pesca en el cuadro, hacía una señal con una bandera blanca avisando a los de tierra. Enseguida salían para fuera cuatro o cinco embarcaciones con su personal, unos doce o catorce hombres, y al mando del arraez, calaban el copo y hacían la levantá. Estaban situados muy cerca de la costa y todo el material, tanto redes como anclas y cuerdas, lo aportaban los hombres que trabajaban la almadraba. El reparto de la pescar se hacía con arreglo al material aportado por cada uno.


ALMADRABAS DE BUCHE.- El calamento de estas almadrabas era y es de gran envergadura y la preparación es muy complicada. El capitán que la manda tiene que tener una amplia experiencia y estar especializado en esta clase de artes. Se empieza a trabajar a primeros de marzo con 120 hombres que preparan las redes y las dejan listas para calarlas en la segunda quincena de abril. Esta clase de arte estaba calado hasta últimos de junio, y por tanto pensado para los atunes de derecho o venida desde el
Atlántico. La almadraba de Barbate y la de Isla Cristina, alargaban más la pesca, porque calaban de revés o de retorno del Mediterráneo, cuando los atunes volvían una vez dejada la cría. Ambas almadrabas terminaban la temporada la primera quincena de septiembre. Aparte de los 120 hombres, las almadrabas de buche tenían cinco barcos a vela y motor -con cinco hombres cada barco-, un vaporcito pequeño y siete botes. El material que se empleaba era de alambre de acero de varias medidas y calibres.