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Nos encontramos en uno de los lugares más queridos por los benidormenses, en pleno corazón de la huerta.

La Ermita de San Antonio Abad, ubicada en la partida de Sanz, a unos 5 kms de distancia del centro de la ciudad, hacia el Este.

Hay un documento que fija la existencia de este lugar en 1740, cuando Tomás Sanz, procurador de la baronesa de Polop y Benidorm, Beatriz Fajardo de Mendoza, señora de estas tierras, era el encargado de admnistrarlas y mandó contruir este pequeño edificio para dar servicio religioso al núcleo de población que habitaba de manera dispersa esta zona en numerosas casas de campo. De ahí que la advocación a este santo parezca lógica dado el carácter rural de este lugar.

Se trata de una construcción muy modesta, que consta de un espacio rectangular porticado en su fachada principal y un campanario. El que vemos en la actualidad es de 1903.

La Ermita y su entorno, es un lugar muy especial y de gran relevancia social. En el Benidorm actual, contar con un espacio como éste, donde recordar las raíces, los orígenes de Benidorm, se convierte, tras las diferentes celebraciones religiosas, en motivo de encuentro entre muchas familias con orígenes benidormenses, o no.

De las fiestas que aquí se celebran a lo largo del año, destacan por su antigüedad, las del Roser y las de Sant Antoni.

La edificación adosada a la ermita, la Casa del Llaurador, corresponde al tipo de arquitectura rural de la comarca de la Marina. En la parte de atrás existía un característico riurau como era habitual en una zona donde, hasta la epidemia de filoxera de principios del siglo XX, como en casi toda la provincia de Alicante, el cultivo intensivo de uva en su variedad de monastrell y moscatel, fue muy importante.