María Jesús y su Acordeón protagoniza los momentos previos a la conexión con Basilea para delirio de los miles de asistentes
Más de 5.000 personas en el Parque de l’Aigüera apoyan a Melody en la gala final de Eurovisión

Si el resultado de la canción española en Eurovisión dependiese de Benidorm, Melody arrasaría en el certamen musical sin ninguna duda. Una vez más la ciudad se ha volcado con la representante española con la presencia de más de 5.000 personas en el Parque de l’Aigüera para arropar a la autora de ‘Esa diva’, una canción que se dio a conocer en el Benidorm Fest y que no ha dejado de sonar desde entonces.
No había un alma en el recinto que no cantase la canción cuando la española salió al escenario de Basilea. Un público entregado que se hizo notar con sus gritos de ánimo, ondeando las banderas y coreando cada estrofa de la pieza que representaba a nuestro país.
La tarde comenzó pronto en el Parque de l’Aigüera con la celebración del Benieuro Bingo y la música de DJ Dennis Moore, con las gradas y el patio cada minuto con más eurofans. La cola para acceder al recinto, de hecho, bajaba por el paseo central del parque y llegaba hasta casi el Ayuntamiento. Y un rato antes de conectar con Basilea llegó la sorpresa con la presencia de la célebre María Jesús y su Acordeón, que cantó algunas canciones de artistas como Alaska, Karina y otros y cerró con su archiconocida ‘El baile de los pajaritos’ para delirio de los asistentes y de un Quique González ‘Torito’, que hacía las veces de animador y que disfrutaba como un niño encima de un escenario al que también salió a saludar la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada.
A las 21 horas, la gran pantalla instalada en el Parque de l’Aigüera conectó con RTVE que, a su vez, iniciaba la transmisión del certamen eurovisivo. Mientras tanto, nadie se movió del lugar a la espera de que Melody hiciera su aparición. Cuando llegó el momento, los miles de asistentes rompieron a aplaudir y a corear ‘Esa diva’ al mismo tiempo que la cantante sevillana deleitaba a los televidentes. La fiesta, no obstante, continuaba hasta el final de Eurovisión porque nadie quería perderse el resultado final. En otro lado de la ciudad, en la playa de Poniente, la también eurovisiva Chanel Terreros era la encargada de comunicar las puntuaciones de nuestro país.



