Benidorm estudia cerrar al tráfico el acceso a La Cruz de Serra Gelada a propuesta del Consejo Municipal de Medio Ambiente
El Ayuntamiento va a instalar vallas de madera en un tramo de 300 metros desde Punta Llisera
El Ayuntamiento de Benidorm va a estudiar la viabilidad de cerrar al tráfico el acceso a La Cruz de Serra Gelada a propuesta del Consejo Municipal de Medio Ambiente, que se ha reunido este lunes después de seis años sin convocarse.
Un Consejo en el que han participado, entre otros, el concejal de Medio Ambiente, José Ramón González de Zárate; representantes de los grupos políticos de la corporación y del Parque Natural de Serra Gelada; así como miembros del Consejo Vecinal, de las asociaciones ecologistas registradas, Protección Civil, Voluntariado Ambiental, Hosbec, Cofradía de Pescadores, clubs de buceo y sindicatos.
De Zárate ha explicado que los técnicos municipales “van a estudiar ahora esta propuesta, que ha contado con el respaldo casi unánime del Consejo y con la que se persigue impedir el acceso de vehículos a este punto emblemático, siguiendo el modelo que ya hay implantado en otros lugares de interés turístico y medioambiental como pueda ser el Faro de l’Albir”. En caso de que se resuelva que la propuesta es viable “Movilidad tendrá que determinar a partir de qué punto se procede al cierre del tráfico”.
El edil se ha mostrado convencido en que la restricción al tráfico “ayudaría a evitar o al menos reducir los problemas de suciedad que suelen darse en la zona”. A este respecto, ha recordado que la limpieza de esta zona no es de competencia municipal, aunque se está asumiendo “desde el Ayuntamiento conforme podemos ante la falta de personal del Parque Natural”.
De Zárate ha recordado que desde el Ayuntamiento se está trabajando por mejorar la imagen y la señalización de los accesos a Serra Gelada, para lo cual se va a completar la acera de la calle Manuel Catalán Chana y se va a proceder al reasfaltado de la calzada y la instalación de reductores de velocidad.
Además, está previsto colocar barandillas o vallas de mediana altura de madera en un tramo de 300 metros desde Punta Llisera, y se está negociando con los propietarios de la zona para que repongan el vallado que retiraron tiempo atrás.