“Benidorm es increíble”: resumen los arquitectos que hicieron la ciudad en los 70

Organizado conjuntamente por la Concejalía de Cultura y la Fundación Frax se celebró ayer tarde en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Benidorm, con motivo del Año Pedro Zaragoza Orts -por el centenario del nacimiento del exalcalde-, un diálogo de arquitectos en torno a “La Arquitectura del Plan General de 1956”, fundamental en la configuración de la ciudad destino turístico que hoy es Benidorm, que gravitó sobre la persona de don Pedro.
Conducido por Pere Joan Devesa, arquitecto y patrono de la Frax, desgranaron sus vivencias y apreciaciones sobre Benidorm, el urbanismo y el Plan de 1956 los arquitectos José Antonio Nombela, Ricardo Llácer, Francisco Sanchís, Carlos Teba y Juan Jesús Pérez Zaragoza, que llegaron profesionalmente al Benidorm efervescente de finales de los sesenta y principios de los setenta. Devesa señaló al inicio que “buena parte del lo que hoy vemos en Benidorm es fruto del trabajo de estos arquitectos que constituyen una parte viva de la Historia de la ciudad”.
También tuvo Devesa un recuerdo para algunos de los profesionales que comenzaron el desarrollo constructivo de la ciudad tras el plan y ya no están con nosotros y, especialmente, el asesoramiento del arquitecto redactor Francisco Muñoz Llorens.
Uno tras otro fueron exponiendo las ventajas de aquel Plan General de Ordenación Urbana de 1956 que dio el salto cualitativo a la altura libre en su modificación de 1963 y consagró la sostenibilidad de la ciudad que 66 años después sigue programada de acuerdo con un planeamiento que fue revisado en 1991 y mantiene los criterios originales, preservando más de la mitad del término municipal desde el principio.
Todos coincidieron en destacar la figura de Pedro Zaragoza Orts y su gran visión de futuro, así como la confianza que despertaba en los vecinos de Benidorm para su realización, la flexibilidad del Plan y la fe ciega en el éxito.
Igualmente, fue consenso, las condiciones naturales de la ciudad, la orientación al Sur, la singularidad de su bahía y la topografía circundante; un emplazamiento perfecto sobre el que recordó Nombela las palabras de un arquitecto holandés de principios de los 70 al pisar Benidorm: “Si Dios hubiese sido arquitecto habría hecho la topografía de Benidorm”.
Sanchís señaló “lo convulsivo” que resultaba la construcción en altura en a finales de los 60 e incluso en los 70; Llácer, “la antelación a la Ley del Suelo de las Ordenanzas de Benidorm”; Teba, “la confianza general en el proceso” y Pérez Zaragoza, “el configurar una ciudad para todos”.
Cerró la sesión el alcalde Toni Pérez destacando de Pedro Zaragoza, en el año del centenario de su nacimiento, que “fue su visión y la fe de las gentes de Benidorm lo que cimentó esta realidad”.
Pérez recordó que “Benidorm es una obra inacabada” en la que ahora estamos inmersos en “dar a conocer a la persona y al personaje” junto a su obra, “el plan de 1956 y la revisión del 63”, insisteiendo “la fe de todo un pueblo para llevarla a cabo”.
Aludió el alcalde a otro destacado arquitecto, Oscar Tusquet, para incidir en “la sostenibilidad y el paradigma de la ciudad vertical”, recalcando que “todo en Benidorm son vectores de sostenibilidad” e insistiendo en que “los que nos hemos criado en la ciudad vertical no entendemos la ciudad que agota el suelo”.
Para Toni Pérez, al analizar el desarrollo urbanístico de Benidorm, “la mayor dificultad es que Benidorm, la ciudad que mira al cielo en su arquitectura, aún sigue siendo incomprendida”, porque “una de sus grandezas es buscar el cielo y liberar el suelo”.
Una vez más la respuesta del público a los actos del Año Pedro Zaragoza Orts resultó un éxito, completando el aforo del salón de Actos del Ayuntamiento de Benidorm con una amplia representación del consistorio, diputados, Fundación Frax, familia de Pedro Zaragoza y la sociedad civil de Benidorm y la comarca de la Marina Baixa.